Amigas que se casan y te hacen sentir muy especial

Seguro que cada vez que una de vuestras buenas amigas decide casarse y os lo dice os llena de alegría, no sabéis como reaccionar, simplemente podéis sonreír y darle un gran abrazo. 

Eso es lo que me paso a mi hace ya mas de un año cuando una de las personas mas importantes para mi me dijo que se casaba con nuestro amigo y su novio de casi toda la vida,y aunque era más que evidente que ese día llegaría nunca acabas por creértelo y encima yo con lo llorona que soy pues ya os imagináis como me puse. 

Pero eso no es todo porque el hecho de que haya boda entre amigos es estupendo pero si esa amiguisima te dice que quiere que la ayudes con los preparativos, comenta contigo la posible fechas de la boda y encima te dice que en su boda quiere que seas una parte importante y que escribas algo bonito que leer delante de todos los invitados pues.. mi cara se queda a cuadros, los ojos me hacen chiribitas y solo hago que llorar y llorar de la emoción. 

Casi nueve meses de preparativos, de llamadas de más de 3 horas cada semana, alucinar con el lugar escogido y algún que otro secretillo, porque todo no se puede contar y por mucho que ayudes siempre tiene que haber alguna sorpresa, llegó el día de la boda.

El día de la boda que supone fin de semana completo en hotelito en Valencia, lleno de amigos de los de toda la vida y con los que puedes compartir los nervios previos a la boda, el botellón de la noche anterior al borde de la piscina, el ajetreo en las habitaciones en el momento de prepararse.

Este es un tema importante a tratar, mujeres del mundo debemos de ser conscientes que nos alteramos mucho cuando llega el momento de prepararnos para una boda, y si encima estamos cuatro en la misma habitación con un baño, dos enchufes para las planchas, secador etc...eso se convierte en una jungla. Gritos, nervios, todo tirado por el suelo, no encontrar las medias, las horquillas o yo que se que, todo puede pasar, por eso os recomiendo que os lo toméis con calma y que empecéis con tiempo, porque luego pasa que quedan 5 min para que salga el autobús y todavía hay alguna que anda en braguillas o que no ha terminado de hacerse los tirabuzones. 

Pero llega el momento en que ves a tu amigo nervioso esperando en el altar y de repente aparece ella, guapísima y resplandeciente con una sonrisa que va cambiando mientras avanza y ves como las lagrimas empiezan a aparecer en su cara, y tu claro, como buena amiga pues tienes que acompañarla y te pones a llorar como una magdalena hasta el momento en que te das cuenta de que en el minúsculo bolso  que has decidido llevar, NO HAS METIDO PAÑUELOS. 

Todo muy bonito y especial hasta que llega el momento en que me toca subir a leer mi texto, ese que con tanto cariño había escrito para mis amigos, pero los tacones se mueven para todos los lados, las manos sudan, la voz tiembla y casi casi lloras, y lo único que puedes hacer es salir del paso, leerlo lo mejor que puedes y por supuesto mirar una y otra vez a tus amigos para que sepan que ese momento y lo que estas leyendo es especialmente para ellos. 

El resto ya os lo podéis imaginar, una cena riquísima, bailes y mas bailes, copas y mas copas y vuelta al hotel, eso si con un ramo de flores hecho especialmente por mi amiga y que me regaló, el cual creo que me acompañará allá donde vaya igual que la foto que nos hicimos los tres hace unos cuantos años y que ahora tendremos que renovar, porque ya hay uno mas en la familia. 

 

Entradas populares de este blog

Y el elegido es...

9 productos de decoración que no podrás dejar escapar

El primer baile