Amigos que nunca se olvidan

El otro día pudisteis ver en el blog un post sobre los novios de verano que había escrito Compartiendo Macarrones, y que razón llevaba en todo lo que ponía. Todos hemos tenido alguna vez un amor de verano que nos ha dejado marcados y que por mucho que intentábamos hacer borrón y cuenta nueva cuando terminaba el verano, era difícil, porque con el habíamos pasado unos meses maravillosos y que ójala pudiésemos mantener durante el año. Pero siempre se interponía algo, la distancia, una nueva chica o que se acabo la chispa.

Igual de importante que estos amores de verano son los amigos de verano. Todos aquellos que viváis en un pueblito o veranéis en alguno seguro que conocéis muy bien de lo que os hablo, aunque claro esta misma situación se puede dar en campamentos etc.

Los que vivimos en pueblo durante la infancia/juventud nos pasábamos esperando todo el año para que llegase algún puente, vacaciones para que esos amigos a los que veíamos dos veces al año llegasen y se acabase la soledad de vivir en un pueblo pequeño en donde estáis tu hermana, la vecina y pocos mas.

Esos amigos pasaban a ser tu familia durante dos meses, porque pasabas mas tiempo con ellos que con tus padres, y es que había veces que te tenían que echar el alto porque no parabas por casa, pero claro son dos meses en los que los pueblos están llenos de vida y hay que aprovechar.

Que si por la tarde a la piscina, o a merendar a casa de alguno de la pandilla. Por la noche a la plaza del pueblo o a la iglesia a jugar al escondite, cadeneta, pilla pilla o cuando ya las hormonas empezaban a alterarse en los cuerpos pues claro, los juegos cambiaban y pasaban a ver Beso, Verdad o Atrevimiento, La botella y esas cosas y ahí a muchos nos entraban los nervios por si nos tocaba darnos nuestro primer beso con el feito del grupo y a la vez rezando para que nos tocase con el chico que nos hacia tilin.

Pero claro los años van pasando y cada uno emprende su camino, y los dos meses que antes se pasaban en el pueblito se van reduciendo y al final acaban siendo algún fin de semana suelto, y por supuesto la semana que duran las fiestas. Por eso hay que aprovechar los días que se pasan juntos al máximo, porque amigos como los de toda la vida no se encuentran fácilmente.

Y por supuesto, hay algunos que entre los amigos de la pandilla encontraron a su amor de verano, de invierno y ahora son marido y mujer. ¡¡eso si que es felicidad!!

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